P2P versus ZP

Estando tan cerca la manifestación del próximo día 24 contra el recorte de libertad que significa la propuesta de la abanderada de los de la ceja, ahora ministra de Cultura (como si fuese cultura lo que ellos proporcionan...), se desatan inquietudes que hasta ahora sólo eran demostradas por los agentes “Smith” del colectivo progresista, siguiendo la analogía con respecto a la trilogía Matrix, ubicados estratégicamente a lo largo y ancho de la Red. Quizá se deba a que el número de ciudadanos, que cada vez se incrementa en cada movilización, comienza a hacer mella en las filas socialistas, menoscabando su ya maltrecha soledad en el congreso.
Los contados apoyos encontrados por el Gobierno en los partidos minoritarios, en base a recortar propuestas ya vanas en su concepción, demuestra la debilidad del ejecutivo, que ahora se enfrenta a una manifestación multitudinaria contra un reglamento que ni tan sólo sus dirigentes son capaces de clarificar.
Como siempre, (ya estamos acostumbrados) copiando propuestas ajenas ante su falta global de iniciativa, quizá usando como premisa la comparativa de la “champions leage”, o el desafortunado comentario en cuanto a la futura marcha de nuestro país en comparación con Francia o Italia, para salir airoso del ridículo. Aunque la propuesta deja al descubierto la moneda de cambio, con que el actual presidente del gobierno debe saldar la deuda del apoyo, de un febril sector en quiebra, como es el cine español, entre otros.
Todo el batiborrillo político del PSOE, suspendido en un entramado ministerial, ofuscado por el desborde de la situación, se me antoja un acto desesperado por ocultar la irrenunciable situación de desconcierto hasta próximas elecciones no pudiendo ser más vergonzosa nuestra imagen en el exterior, pese a quien pese.
Pretender disimular con alborozo una situación que ya no escapa a nadie, bien por su drama personal, bien por su informada cabeza, es tratar al ciudadano como a un estúpido, si bien es cierto que las redes clientelares del Gobierno plantean avanzadillas con pretendientes a cargos del partido, más o menos avezados en la dialéctica, pero con plumero notoriamente visible.
Incrementar “libertades” a colectivos determinados de forma indiscriminada y recortarlas al resto en beneficio de unos pocos debe, por lógica social, ir en detrimento de la credibilidad de un gobierno y su séquito. Pero lo más inquietante es todo lo que este remolino de incompetencias políticas se lleva por delante, que son libertades básicas y desconfianza democrática, además del inminente drama social.
Cierto y demostrado es que el respeto a la propiedad privada es la base de una sociedad civilizada, pero en los términos en que se propone pierde toda esencia racional y se convierte en incertidumbre. No es equilibrado pretender dicho respeto, atentando contra la propiedad privada de muchos, en beneficio de la propiedad privada de unos pocos, pues a esa actitud totalitaria se le denomina dictadura.
Aunque lo que sí es tristemente cierto, es que la medida propuesta contra la comunidad internauta clama al cielo, pues se pretende beneficiar a un colectivo que ni siquiera es objeto de las posibles irregularidades del entorno P2P. El cine y la música española, no sólo es un batacazo recaudatorio, sino un escaso, por no decir nulo, porcentaje de descargas a través de la red. Pero el gobierno socialista ya nos tiene acostumbrados a que, cuando un simpatizante tiene su pataleta, no sólo hay que contentarle con la subvención de turno, sino que hay que proporcionársela con el esfuerzo de los que realmente son provechosos, aunque vivan a miles de kilómetros de nuestro país.
En la antesala de la decrepitud social en la que nos encontramos, dentro de muy poco, África volverá a comenzar en los Pirineos, pues ya empiezan a temblar los cimientos de nuestro posicionamiento en Europa, y eso sí será difícil de sustentar, con subvenciones, movilizaciones o incluso mociones de censura.
Siguiendo patrones históricos, el rico siempre podrá ser más rico, y el pobre siempre podrá emigrar, al sur claro, teniendo en cuenta las circunstancias.